martes, 24 de junio de 2014
Testimonio de la Pastora Ximena Espinoza Arancibia
Doy gracias al Señor por la vida que me ha dado, por la familia en que nací. Aunque no crecí bajo el alero de la palabra de Dios en la preimera etapa de mi vida sí recibí de mi madre buenos consejos y de mi padre el deseo de esforzarse y trabajar. Los momentos difíciles que viví en familia Dios me dio la capacidad para entender que lo importante era amarlos, doy gracias a Dios porque aún hoy los tengo con vida.
Mi acercamiento al evangelio fue de los 25 años en adelante por medio de compañeros de trabajo cristianos que me hablaron la palabra de Dios en momentos difíciles para mí, aunque no entendía esa semilla quedó en mi corazón. En esa etapa conocí a mi esposo y de él también recibí mi enseñanza a través de su ejemplo. Por eso sé que Dios nos elige desde el vientre de nuestra madre y permite muchas cosas para probar nuestra fe y prepararnos par su encuentro.
Llegue a la iglesia el año 2000, recuerdo un texto que marcó mi vida y es Apocalipsis 3:20 ahí decidí seguirlo y conocerlo.
Él dio muestras de su amor por mí, primero dándome como esposo al mejor hombre, como yo se lo pedía, permitió y me bendijo haciéndome madre a los 41 años. Durante muchos años serví al Señor en mi iglesia con entusiasmo hasta el día que el Señor nos puso al frente de nuestra congregación acompañando a mi esposo en el Pastorado, pero algo faltaba en mi vida y con la oración constante de mi esposo, congregación y la mía, el Señor visitó mi vida y tuve ese encuentro maravilloso con Él donde el corazón parece que explota de gozo, me bautizó y desde ese día mi vida cambió, me restauró y vi su mesericordia y lucho cada día por ser digna de Él. Entendí todo lo que tuve que vivir para llegar a esto y me maravillo cuando exalto su nombre. Esto sucedió hace sólo un año y cada día me esmero por cumplirle, aprendo a depender de Él y a colocarlo en primer lugar.
Todos los días le doy gracias por mi familia, por la iglesia y cada hermano. Hoy Dios nos pone nuevos proyectos en nuestra vida y sólo le pido que me de la salud para servirle y hacer su voluntad.
Feliz Aniversario Iglesia y recordemos que nosotros somos la iglesia de Cristo.
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